Estoy bastante triste. No sé si debería estarlo, pero lo estoy. Ayer  tuvimos la primer "pelea" con Auténtico, que no fue una auténtica pelea, sino más bien un brote de escenas ridículas por motivos ridículos. Seré breve a la hora de relatarlo.

La salida comenzó mal. Pasó a buscarme mucho después de lo que esperaba, por lo cual yo me encontraba, al menos, ofendida. Compramos comida y fuimos a la casa, nos tiramos en el sillón y prendió la tele mientras cenábamos.  Todo ese tiempo, desde que llegó a mi casa, hasta que llegamos a la suya, estuvo pelotudeando con su nuevo iPhone, a cada rato le llegaban notificaciones de Facebook al maldito aparato, notificaciones que miraba sin reparo. Y yo sentada, en el sillón, comiendo mis papas fritas, pensando que carajo hacía con un flaco que está priorizando, en el momento que tiene una mujer al lado, aparatos y tecnología que TRANQUILAMENTE PODÍA EXPLORAR CUANDO ESTUVIESE SOLO.

Me atacó, entonces, un enmudecimiento, que fue transformándose en una leve tristeza, que fue convirtiéndose en una profunda angustia.  Y de repente sentí ese agujero en el pecho que se me hace tan familiar, ese agujero que da ganas de pararse e irse, sin reparar en lo histérica que pueda llegar a quedar. Irse simplemente a casa, a tirarse en la cama y fumar mientras se llora sabiendo que las cosas no volverán a ser lo mismo. Y previendo ese horrible momento, me anticipé y le dije, simplemente, que no era lo que quería, que no esperaba que nuestra relación fuese "juntarnos a mirar tele" (lo escribo y sigo pensando que una relación así no solo es deplorable, sino también que está muy lejos de lo que busco), que odiaba su nuevo celular (está bien, acá fui y sigo siendo bastante pelotuda, pero realmente era una invasión). Como Auténtico es conciliador, y por eso lo queremos, dijo las palabras adecuadas para quedar bien, para quitarle dramatismo a mis sentimientos, y finalmente, me dijo que hoy íbamos a tener una cita para contrarrestar el estar pasando tanto tiempo en su casa sin hacer nada. Mi angustia persistió un rato, pero después de unos minutos estaba riéndome nuevamente y teniendo sexo, conectada, profunda, plenamente.

¿Me siguen hasta acá? Bueno. Porque ahora viene el momento de la ridícula escena, esa escena que he criticado tantas veces en mis columnas, esa escena que recordamos superadas cuando estamos solteras pero que no podemos evitar hacer cuando estamos en pareja. ¿Que fue lo que pasó? Que el señor, nuestro querido Auténtico, agarró el celular en el momento donde se suponía debíamos estar abrazados, todavía regocijándonos en nuestros orgasmos.. ¡¡Y SE PUSO A PELOTUDEAR!! IMAGINENSE MI CARA. Por favor, IMAGINENSELA. Loca, me puse, es poco. Mi venganza, y acá no puedo evitar reírme a recordarlo, fue hurgarle el ombligo, sabiendo cuánto lo impresiona. A lo que él, simplemente, ¡¡se ofendió!! NO LO PODIA CREER, me acuerdo y NO LO PUEDO CREER. Pero lo peor es lo siguiente: el momento en el cuál se desató mi histeria al máximo, el momento en el qué sentí una tensión máxima, que créanme que existió, y simplemente, ¡ME VESTI Y ME FUI! Yo no lo puedo creer, me acuerdo y no lo puedo creer, mientras lo hacía no lo podía creer.  No puedo dejar de pensar lo excesivamente pelotuda que fue esa escena de histeria y neurosis desatada, simplemente, por un maldito celular. Entiendo que mi reacción fue innecesaria y desmedida, pero entiendo también que si tu novia está en tu casa no podés estar pelotudeando en Facebook con el celular, no podés estar tirado mirando películas de hombre, no podés estar haciendo absolutamente NADA de lo que vos, Auténtico, estás haciendo. Al menos no conmigo.  Conmigo, las dos veces por semana que me veas, tenés que tener puesta toda la energía en mí, solamente, por esas veinte horas semanales que me dedicás. Creo no estar excedida en exigencias.

De todas formas, luego de irme y llamar el ascensor, tuve que volver y tocar el timbre, porque me había olvidado el celular (¿consciente o inconscientemente?) y no podía llamarme un taxi. Claro está, que así como entré a su casa me desnudé y me acosté con Auténtico nuevamente, y dormimos abrazados después de conectarnos nuevamente.

Lo que ahora me tiene triste es lo siguiente: he cruzado la barrera, esa temible barrera que indica que nunca más seremos esa pareja del comienzo, donde todo es risas, consideraciones y educación. Mas bien, hemos abierto una puerta que puede llevarnos directo a una serie de escenas, peleas, reclamos, y demases condimentos tóxicos, que solamente terminan con el fin de la pareja.

En fin. Ese es el motivo de mi tristeza. Les dije, ¿no es ridículo?.-

5 comentarios:

  1. Y si, yo lo anticipé unas columnas atrás...lo dificil, lo realmente dificil, no es encontrar al hombre adecuado, si no, mantenerlo... mantenerlo es decir: construir una relación q sobre todas las cosas sea saludable para ambos...y ese es el verdadero desafio, te lo garantizo hermanita!!

    ResponderEliminar
  2. Hola! Hace rato que sigo lo que escribis! La verdad es que en este caso ni te apoyo ni estoy en contra. Lo unico que me hace ruido es la contradiccion con la que venis hace un tiempo. Cuando te arranque a leer eras soltera, criticona de amigas con novio, antirelaciones estables y feminista y ahora estas de novia renegando de tus actitudes! Cual de las dos sos? Besos

    ResponderEliminar
  3. Jajaja Daniel, yo también noto cómo cambió, en pocos meses, la esencia del blog y, aparentemente, mi esencia. La realidad es que soy una de esas PELOTUDAS que le hacen escenas a sus novios por que se pusieron en pedo con los amigos (lamento profundamente tener que confesar esto), pero también es cierto que los aspectos que me molestan del otro son, en verdad, los que me molestan de mí, aunque no quiera admitirlo.

    Supongo que la histeria, justamente, me lleva a ser estas dos personas, la soltera que odia a todos, y la novia pesada que no se soporta a si misma. Me faltan, todavía, muchos años de terapia para entender los por qués de esta dualidad.

    Espero que, pese a esto, sigas disfrutando del blog. Y espero también, como público másculino.. ¡¡CONSEJOS!!

    Saludos y buena semana.-

    ResponderEliminar
  4. Bueno, es el momento justo para que haga este comentario psi, a ver si aclaramos el panorama: uno de los grandes descubrimientos de Lacan (que como todo genio también estaba un poco loco)... es que somos sujetos divididos... o sea, Daniel y Zahira, esa contradiciión no se resuelve...somos ambas cosas... la feminista y la novia pelotuda en tu caso Zahi... tendrás q lidiar con ambas lamento decirte, jajaja. Besito!

    ResponderEliminar