Bueno. Retomemos esto. Mi vida frente a la aparición de un ser del sexo masculino dio un giro de 180 grados. No es que me haya cambiado la vida en todo aspecto, pero hay ciertas cosas que se complican. Como escribir todo lo que me pasa por la cabeza un día cualquiera.

Ejemplifiquemos el día de hoy. Me despierto con dos mensajes de Auténtico. Ambos los mandó después de acostarme, en el primero me preguntaba cómo me había ido en mi día, y en el segundo me preguntaba si estaba viva o me habían comido las palomas. El día, por lo pronto, empieza bien, fijando el pensamiento en "me extraña, indefectiblemente".

Mi mañana continúa, y cerca del mediodía le respondo esos mensajes, diciéndole que se evidencia que no puede vivir sin mí, a lo cual responde acerca del plan de vernos hoy. Mi cabeza registra "sí, evidentemente me extraña, y ADEMAS no puede vivir sin mí".

Apenas unos segundos más tarde, mi cara y mi estado anímico se transforman.  Frente a mi propuesta de NO hacer algo tranqui hoy (aclaremos: hace tres semanas que nuestros encuentros se limitan a que pase a buscarme, me lleve a su casa, comamos algo y durmamos juntos), me responde que el día se está complicando y que tiene que cenar con el padre, por lo cual me pasaría a buscar más tarde. Asumo, pues, que me buscará nuevamente para ir a la casa, NI SIQUIERA cenar juntos, enterrar el pinocho un rato y dormir, para mañana despertarnos sobresaltados con el despertador, salir a las corridas sin desayunar siquiera y que, con suerte, me deje en casa antes de irse a nadar, trabajar, hacerse una ergometría, o cualquier otra extravagancia que se le ocurra. Obviamente, pienso "capaz me extrañe, pero capaz también me vea por obligación, Auténtico y la rep.. madre que te parió".

Las siguientes horas transcurren de la siguiente forma: post en el Facebook de mi malhumor, debates telefónicos con amigas, debates cibernéticos con un primo en San Nicolás, un amigo en Canadá, más amigas, conocidos, seguidores de este señor que altera mi existencia e intriga a algunos cuantos, incluyéndome, con el desenlace.

Finalmente, o casi, luego de unas horas y unas cuantas cagadas a pedos, bajo un cambio y me resigno a que, tal vez, no nos veamos. O si nos vemos, tenga que conformarme con dormir con él nada más, porque trabaja, porque tiene que cenar con el padre, porque en unos días se va de viaje por dos semanas, porque tal vez soy demasiado pretenciosa. Y le digo, entonces, que si se le pasó el pánico me avise cuando resuelva como va a manejar su día.

Acaba de llegarme un mensaje suyo, mientras escribo esto, mientras escucho boleros de Pablo Milanés. Aún no sé que dice. Veamos. ¿Que me dice? Me dice que listo. Que pasó la cena con el padre para mañana. Que las cosas van tomando color. Y me pregunta, para rematarlo, qué tengo ganas de hacer.

No sé si quererlo o si enojarme por ser el bueno de la película, y yo la histérica pretenciosa que no cede nada y que nada le alcanza. En conclusión: las mujeres somos un torrente de emociones que ustedes, hombres, pueden desatar en tan solo segundos, con una frase y hasta con solo una palabra.

La verdad, ¡NO LOS SOPORTO!.-

2 comentarios:

  1. Basta Zahi... la insoportable sos vos!!! Ya estas totalmente histerizada... o sea: NADA TE VIENE BIEN!!! Relaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaxxxxxx... disfrutá lo que se va armando...creo q estas muy ansiosa... y además, pensas mucho.

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  2. Si, tengo que manejar mi ansiedad. Y pensar menos, como dice drexler: no pienses de más.

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