Ayer tuve un encuentro extraño. Es un encuentro reiterado, que cada vez que se produce me indica algo preciso. Muy raro.

Estaba en el Roxy apoyada en una barra, del lado de la pista, esperando que abriese donde yo trabajo. Estaba tomando una Coca, y mirando una banda tocar. Cuando de repente, se me acerca un ser del sexo masculino, diciéndome "perdoname, ¿sabes si esta barra está abierta?". Lo miré y no lo podía creer. Grité su nombre con una sonrisa en la cara. Nos dimos un abrazo largo, larguísimo, y muy apretado, de esos cargados de emoción y cariño.

Su nombre es Doble N, y fue mi novio cuando teníamos solo dieciocho años. Salimos solamente un año, pero nos divertimos muchísimo, nos quisimos muchísimo, nos abrazamos muchísimo. Nos dejamos en una charla de café, donde dijimos que preferíamos estar solos. Pero fue tan natural, al igual que toda la relación, sin peleas, sin engaño, sin rencores, sin resentimientos. Fluyó con simpleza, y siempre nos mantuvimos mucho cariño.

Ahora pasa lo siguiente. Las veces que esta persona apareció, fue cuando comencé alguna relación. Buena, mala, larga, corta. Siempre que aparece es JUSTO en el momento que estoy conociendo a alguien. Y pienso, después de tanto tiempo, cuando finalmente aparece alguien auténtico que me agrada, que me atrae, que me devuelve a la ilusión, Doble N está presente ahí, de nuevo, abrazándome, sonriéndome, queriéndome, como siempre.

Abriré luego un capítulo dedicado a los ex. Hoy estoy un tanto sensiblera. ¡Ah! Auténtico no para de mandarme mensajes, y me dijo que mañana me formaliza la propuesta de próxima salida.

¡Já!.-


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