Esta semana, leyendo un libro feminista sobre relaciones de pareja (que más podía leer), descubrí algo esencial para  MIS relaciones, y es el llamado PATRÓN AMOROSO.
A ver. Todos tenemos un patrón. El hombre es un poco más básico, a la hora de llevarse a la cama a una mujer busca "modelitos" o "tetona y culona", y listo. No hay mas vuelta. A la hora de llevar una chica a la casa puede llegar a ser un poco más complejo, pero no sale mucho de la  llamada "chica de su casa". Se terminó. Pero las mujeres, con tanta histeria encima, tanto desconformismo, tanta vuelta, tenemos cada una de nosotras un patrón, a veces oculto, a veces demasiado evidente, de lo que esperamos en un hombre.
Tengo una amiga que siempre buscó "chicos bien". Buen laburo, buen auto, buena familia, grandes ambiciones, grandes regalos, grandes viajes. Ninguna boluda. No era interesada, no. Lo suyo era amor genuino: se enamoraba perdidamente de aquel hombre celoso, posesivo, súper protector, que podía darle todo lo que quería, consentir todos sus caprichos, tratarla como una princesa. Hoy día sale con un chico con velero y Hilux. ¡Que me cuentan!
Otra amiga, confiesa tener un patrón muy marcado, y altamente evidente: rollingas músicos de quienes cuidar, adictos a las drogas, familieros. Hombres con los cuales poder ser madraza, con quienes compartir pasiones como el rock y Capusotto, la birra y los amigos.
Una tercera, Pegame, se identifica con chicos del tipo que le caen bien a todo el mundo, medio buenudos, chicos para reírse y compartir. Hoy sale, claro está, con un chico tal cual.
El tema es que yo no encontraba mi patrón. Entonces, como suele pasar cuando uno menos busca, lo encontré: extraños. Seres que me muestren una forma de vida que desconozca, que tengan pasiones raras, manejos diferentes a los míos. El tema, es que pasado un tiempo, ese extraño se vuelve familiar, y es entonces cuando deja de interesarme. Que pesada, Dios mío.
Aparece entonces Auténtico, con su vida resuelta, con su Guitar Hero, con su paintball, su afición al deporte, al paracaidismo, sus ambiciones extrañas. Y me gusta, pese a ser la antítesis de lo que pensé me fuera a gustar. La vida da vueltas extrañas, como Auténtico. Pero, pienso.. ¿llegará el momento donde lo raro se vuelva cotidiano, y me guste? ¿o superaré mi dañino patrón para poder mantener algo en mi vida? Ya sabré.
Ahora. Pasó algo muy raro con él el viernes. Me dejó helada, estupefacta, extrañada, insegura, dubitativa, pero profundamente interesada en él.
Mañana, lo contaré.-

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