Ayer vino mi amiga Noe R. a casa y, hablándome de su relación actual, recordé algunos aspectos de mis relaciones pasadas. Y llegué a una conclusión: estar de novia es un EMBOLE.

Cuando empezás una relación todo es lindo. Vos sos linda y el otro también.

Empecemos por una misma. Conociste a ese chico que te movió, no sé si el piso, pero al menos movilizó un poco tus hormonas y ese instinto Susanita que todas tenemos dentro. Empezaron a verse, a salir, a conocerse. Y de repente te descubrís, en menos de un mes, con las uñas siempre pintadas, el cavado siempre hecho, el maquillaje siempre impecable, el flequillo siempre sin frizz. Marcás tus atributos favorables, desplegás todos tus encantos, sonreís todo el tiempo, comés siempre chicle. Estás en plena conquista, claro. El señor, a su vez, se muestra siempre afeitado, perfumado, y prolijo. Te lleva al cine, a comer, al teatro. Te manda mensajes día por medio, te habla todos los días por msn, los más clásicos te llaman a tu casa y hablan media hora con vos, todas las noches, antes de ir a dormir, y el “chau” estira la charla veinte minutos más. Te regala chocolates, alguna flor, te compra pochoclos, te pasa a buscar por tu casa, te acompaña en el taxi de vuelta (si no tiene auto). Te abre la puerta y te deja pasar primero. ¡Ah, que lindo todo esto!

Pero.. ¿cuánto dura? En el mejor de los casos, seis meses. Normalmente, tres. Todo cambia el día que te presenta a su familia, te incluye en su grupo de amigos, y te habla de su ex novia.

Desde ese momento, querida, preparate. Si hay algo que comprobé a lo largo de estos años es que, por más divina que sea tu suegra, la familia de tu novio está ahí para cagarte la relación. A ver. Seamos sinceros, a nadie, pero ABSOLUTAMENTE NADIE, le interesa ir al cumpleaños del padre, la fiesta de egresados del hermano, o al geriátrico a ver a la abuela. Al principio parece divertido, ya sé, pero después de un mes de sacrificar noches de sábado, mediodías de domingo, salidas con tus amigas, noches de Sex and the City en tu casa, por mirar fotos toda la noche de tu novio y los hermanitos cuando eran chicos, te das cuenta que cometiste un grave error aquel día que, por vez primera, accediste al almuerzo familiar.

El segundo aspecto que arruina la relación son las pasiones. Yo tuve un novio que era músico. Pianista, para ser exactos. Y tenía que fumarme, en contra de mi voluntad, domingos enteros en su casa escuchándolo tocar, noches de viernes en concierto con todos sus amigos y familiares, aburridísimos discos de Leo Masliah. Reconozco que la primera vez que lo escuché me pareció lindo, interesante, pero después de un tiempo lo único que quería era vaciar mi taza de café con leche en las teclas de su Yamaha. Lo mismo es aplicable para adeptos a la Playstation, jugadores amateurs de fútbol, coleccionistas, instrumentistas de cualquier tipo, bailarines, actores, jugadores de rugby, polo, nadadores. Toda mujer, en algún momento de su vida, salió con uno de estos, y tuvo que fumarse noches enteras de Winnin Eleven, tardes de domingo en el club Ferro viendo un interminable partido de baseball o noches de guitarrita.

Por último, y lo mas pesado de todo, es cuando la relación empieza a estar más “relajada”. Y de repente te encontrás, un día, con un novio que te dice “venite vos a casa”, tu novio se encuentra con que hace mas de dos meses que no te pasas ni la gillette por abajo del brazo, y los dos se encuentran con que hace un semestre que lo único que hacen los fines de semana es juntarse en alguna de las dos casas a mirar una aburridísima película de tiros, enterrar el pinocho un rato (siempre en la misma posición), y terminar la noche a los gritos, con un portazo, y de repente estás sola en la esquina de Monroe y Cabildo esperando un taxi a las tres de la mañana, preguntándote por que carajo no saliste con las chicas a esa fiesta divertidísima del chongo nuevo de una de ellas.. ese que es tan divino.. SOLAMENTE POR QUE SE CONOCEN HACE DOS SEMANAS.

Ni hablar de los hijos, las cuentas sin pagar, las vacaciones que nunca llegan, el crédito de la casa.. Pero para eso, gente, hay tiempo de sobra.-

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