La negativa es algo que me hace pensar bastante. El negar y el ser negado. Se da todo el tiempo, constantemente, desde todos lados y hacia todas las formas. Y nosotros, seres racionales, respondemos frente a ella de la forma más inesperada.

Supongamos que sos macho. Y conocés de alguna forma, levemente, a una bella dama. Si sos osado, le decís tímidamente y por medio electrónico "sos hermosa". La dama no te dirá ni gracias. La invitarás a salir el lunes, y te pondrá excusas. La invitarás el miércoles. Tendrá más excusas. Terminará diciéndote que "algún día", lo cual NO es una negativa, pero está encubierta. Entonces, hasta el cansancio, le insistirás para el deseado encuentro. Asumí la negativa, machito argentino. Esa chica es linda, pero no piensa que vos lo seas, al contrario. Piensa que sos un PLOMO de aquellos y quiere sacarte de encima de la mejor forma posible.

Ahora supongamos que sos una muchacha que tiene, digamos, un filito. Es sábado por la noche, estás en ambiente bolichero o fiestero, son las cuatro de la mañana y, con algún fernet de más encima, le mandás un mensajito a tu filo manifestando tus ganas de encontrarte con él. Tu filo no responde, o en el mejor de los casos te dice que está en la otra punta y que lo dejan para otro día. La realidad es que está pasándola bomba con los amigos, o con la otra chonguita que tiene por ahí guardada, y ni en pedo se va hasta Costa Salguero para retirarte a vos, borracha y derrapada, y finalizar su noche tan temprano. Esto, queridas, ES UNA NEGATIVA. Pero no querés admitirlo. Entonces te aferrarás a las teclitas de tu celular cual gorda a barra de chocolate y, a velocidad vertiginosa, enviarás una serie de mensajes intimidatorios y agresivos, con el único fin de pelear con el machingui que negase tu necesidad imperiosa de ser atendida. Si estás muy alcoholizada, o sos sumamente neurótica, lo llamás, y cagándote de frío en alguna terraza bolichera cercana al río le gritarás descosidamente a tu pobre hombre, que lo único que quiere es seguir de joda en paz, que para eso es sólo chongo y no es novio. Te adelanto como termina la noche: tus amigas te dejan en taxi en tu casa, sola, prendida todavía del celular para ver si se arrepiente. Cosa que, claro está, no va a pasar.

Finalmente, sos novia. Acá los ejemplos son interminables. Eventos familiares, vacaciones, más tiempo juntos, convivencia, salidas con amigos indeseados, y cientos de situaciones donde la otra persona no tiene intenciones de intervenir. Todos fuimos novios alguna vez, todos sabemos que una relación de pareja se basa en la negativa constante, en la posterior discusión, y por último en el acuerdo, donde uno de los dos cede por cansancio dejando al otro tranquilo o accediendo a los caprichos de la otra.

Ahora, pensemos también en el negador. El negador es una persona con sentimientos. Seas hombre o mujer, seas soltero, filo, chongo, novia, esposo, sabé que aquel que está negándote también tiene sus razones y sus deseos, y piensa que sos un PELOTUDO o PELOTUDA que no sabe dejar en paz. Si tiene un poco de diplomacia, tratará por los mejores medios esquivarte o hacerte entrar en razones. Pero si es un reverendo hijo de puta, te mandará a la mierda sin más, catalogándote como un ROMPEPELOTAS que no lo deja vivir tranquilo.

Propongo que seamos más razonables. Que dejemos de lado caprichitos infantiles, que entendamos las ganas de la otra persona y que, si nos toca ser el negador, que expongamos razones de formas didácticas, entendibles y proactivas.

NOTA: Quien se sienta identificado como el negado, frente a mí como negadora, ¡déjenme un poco en paz!.-

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