Fui a Niceto. Visto que no pasó nada, pero absolutamente NADA interesante, procedo a transmitir una historia que recordamos con mi amiga Queridísima, la cual le sucedió hace unos meses a ella cuando, todavía, era soltera.

Queridísima conoció al señor Corneta por msn. Era amigo de una amiga. La invitó a salir y ella accedió. El señor la pasó a buscar en auto, y fueron a tomar algo. Se divirtió, claro, se rió, hablaron, lo que pasa en cualquier cita. El señor la subió al auto de regreso y la llevó a su casa. Estacionó el auto en la puerta y llegó el momento de la despedida. El momento donde concretaban o no el beso. Que peor idea, para Corneta, que clasificarse como un excelente contador de piropos, al mejor estilo de "se te cayó el papelito.. caramelo". Y que peor idea que poner sus labios cual churrasco de cuadril para esperar los labios de Queridísima. ¿Peor? Sí, peor, cuando en medio del primer beso, de una primera cita, el señor metió su mano en la remera de Queridísima y le apretó el seno, cual "corneta", dos veces, al ritmo de un "cuak cuak".

A esto quería llegar. Amigos. No deschaven, y menos en la primer cita, lo desesperados que están por alcanzar las carnes féminas de la mujer que tienen delante. A las mujeres NO NOS CALIENTA que muestren ese anhelo nostálgico de sentir nuevamente el roce con una piel, que denoten la abstinencia de semanas, tal vez meses, sin contacto alguno. En la primera cita NO DA que nos invadan de esa forma. Nosotras todavía estamos terminando de decidir si nos gustan, si nos calientan, si nos interesan, por lo cual un paso en falso como hacer la llamada corneta antierótica puede tirar abajo horas de charlas y conquista medidas. No confundan: una cosa es levantarte una mina en un boliche, donde los dos están cachondos y, probablemente, excedidos en alcohol, y otra muy distinta es una cita de café con leche y medialunas un martes por la tarde. A no desesperar, y a hacer trabajo fino.

Que en el fondo, claro está, es lo que a nosotras nos gusta.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario